miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los jovenes de clase media-baja

Los jovenes de clase media-baja en la actualidad se enfrentan a diferentes problemáticas sociales. Algunos parecen ignorar lo dificultoso, lo arduo que les resulta evolucionar a estos jovenes que tienen el camino vallado, es decir que el progreso solamente parece una utopía.
 Afrontan una educación fragmentada, dispareja, desigual, los niveles escolares no son para todos iguales, las instituciónes privadas no cuentan con los mismos recursos que los de una escuela estatal, para los de abajo la igualdad democratica solo parece ser una frase armada que se desintegra en el accionar. Muchos de estos jovenes por necesidad se inician en la práctica laboral de manera temprana, por lo cual dificulta y muchas veces lleva al abandono escolar. Los jovenes perdieron credibilidad y entusiasmo por la educación, debido a su mal funcionamiento y su incapacidad de contener y comprender.
Por consecuencia  los favorecidos para iniciarse en el sistema laboral son los de clase media-alta, quienes cuentan con mejores y más amplios niveles educativos, desplazando de esta manera al joven de escasos recursos hacía trabajos que no permiten el crecimiento monetario ni tampoco personal. La exclusividad laboral y la poca demanda afectan directamente a la clase media-baja mas precisamente a la juventud, quienes se encuentran varados, en una sociedad que los límita y no les permite escalar, manteniendolos siempre en el mismo lugar de marginalidad.
La violencia y discriminación policial es otra realidad que los concierne, muchos de estos muchos/as han tenido algún enfrentamiento o han sido discriminados por la policía. La clase baja objeto de acusaciones y de abusos de poder, reprimidos ante una fuerza que se supone debería hacernos sentir a salvo, 'A la policía se le teme igual o peor que a un delincuente' .
Estos chicos tantas veces juzgados, analizados e incomprendidos, son las principales víctimas, padeciendo la desigualdad, conociendo el sudor del sacrificio, las armas con las que atacan los de arriba. Desalojados de derechos, de un estado que ampara solo en burocracias, de una policía que descarga ira sobre ellos, de una vida que frustra sus sueños de superación. En un sistema donde el trabajo y la educación no existen para todos y que desliza instantáneamente a los más desprotegidos.



'Los jovenes lo saben, giró la ruleta y a ellos les toco lo que les toco. Son subestimados pero lo comprenden perfectamente, deben esforzarse mucho para terminar sus estudios, conseguír un buen y estable trabajo y tener una vivienda. Muy diferente el joven que sus padres lo ayudan a terminar sus estudios universitarios y no sufren ningún tipo de necesidad, pero aún así no pierden el deseo y las ganas de superación'.







 ¤ La Frecuencia ¤ 

viernes, 4 de septiembre de 2015

La Solidaridad


Yo creo que la solidaridad es un acto cotidiano, uno puede sentirlo cuando por ejemplo viaja en subte y se te revuelve el estómago cuando pasa un chico pidiendo monedas e indiscutiblemente no pensas en formalidades, no pensas en lógicas porque es más fuerte el impulso que nace desde adentro. La solidaridad es una sensación espontánea. Ser solidarios requiere dejar de lado la estrechez de mente y abolir la discriminación porque en nada se relaciona ayudar con clasificar, con estigmatizar. Sin embargo yo noto discriminación en las palabras, en la forma en que la gente se manifiesta a la hora de hablar de otras personas, en el modo en que se entienden las diferencias, sociales, religiosas, económicas, políticas y limítrofes. Lo noto en las miradas, tal como esa gente que pasa por al lado de alguien que está en situación de calle y simplemente la/o ignora, sigue pensando en la oficina o en la cena y no se advierte ni le duele un poco algo, lo noto hasta en el aire.
 Un acto solidario puede ser sencillamente mirar a los ojos a un excluído social y sonreír, darle la mano, preguntarle como esta, que cuenta de nuevo, intentar acercarse empezando por dejar de ser seres lejanos e individualistas. Cuando hablo de lejanía e individualismo me refiero a la rigidez, a capacidad anulada de colocarnos en el lugar del otro, me refiero a la sensibilidad, a esa sensación que debería invadirnos ante el dolor ajeno, que debería penetrarnos los huesos, asaltarnos el alma, irrumpirnos la vida.
Hoy la palabra ayudar se corre de boca en boca tras el conflicto Árabe-Isrraelí y la guerra en Siria, pero lo cierto es que dar y compadecerse del otro tendría que ser algo de todos los días, en nuestra escencía debería abundar la misericordia, luchar por el otro y revelarnos ante las injusticias del mundo tendría que ser  objetivo principal en nuestras vidas. 




Hay que ayudar a la gente de Siria, a los inmigrantes de todo el mundo. Hay que ayudar a las personas de América, de Argentina, de Chaco. Hay que ayudar a los que piden monedas en Once, en nuestro barrio, hay que ayudar al vecino, al amigo, al hermano, hay que ayudar incluso a nuestros enemigos. No empecemos a catalogar a quien y porque deberíamos ayudar primero porque eso nada tiene que ver con ayudar.









"La solidaridad debería ser el idioma del mundo"





 ¤ La Frecuencia ¤