'Negros de mierda', 'vagos que cobran planes' son dos de los términos que corrientemente se trasladan de boca en boca como si no se estuvieran refiriendo a personas. La clase media a la que no le tiembla la voz para gratuitamente agredir y despectivamente condenar, la clase media que no tiene la conciencia intranquila ni le genera culpa sentirse superiores. Esta clase media parece nunca haberse replanteado su suerte, la suerte de estar en el medio y no de estar en lo bajo, la suerte de contar con recursos que otros no tienen, la suerte de tener una mejor educación que por añadidura seguramente recibieron. La clase media a la que le cuesta sacarse por un momento su propia piel, su lucha, su historia, para ponerse en la piel del otro, un otro que tiene una lucha mucho más dura, una piel mucho más ajada y una historia mucho más fuerte y posiblemente también traumática. La clase media que repite incansablemente que 'Se rompe el lomo trabajando' para que de su sudor y esfuerzo el gobierno le quite un porcentaje de su sueldo, pero que no tiene la sutil capacidad de pensar que el lomo del pobre es un lomo mucho más castigado en todas las áreas por la sociedad, la realidad y simplemente la vida.
Estas personas repiten discursivamente información que brindan los medios de comunicación pero que dudo que corroboren, son atrapados por el descontento que les genera el deseo de superación, deseo que a menudo los descoloca y los aleja del término igualdad.
¤ La Frecuencia ¤
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